El Amor en San Agustín
Los escritos de Agustín comienzan planteando la cuestión de cómo el ser humano puede encontrar la felicidad verdadera.
Porque no hay ser humano ajeno al deseo de ser feliz.
El deseo dice relación con el amor pues nadie desea lo que no ama.
El amor consiste en el deseo de identificarse con el objeto amado.
Mas no todo tipo de deseo y amor es capaz de hacer feliz a una persona.
Sólo un eterno e imperecedero bien nos puede hacer de verdad felices, pues únicamente tal bien excluye todo temor de perder el objeto amado.
Dios solo puede garantizar una felicidad así.
El amor nos une con Dios, nuestro eterno, imperecedero bien, y de esta manera nos hace partícipes de la eternidad de Dios.
Esto sucede de acuerdo con el principio de que el ser humano viene a convertirse en lo que ama: ama la tierra, es tierra; ama a Dios eterno, y compartirá la eternidad de Dios